jueves, 23 de septiembre de 2010


El lenguaje ni siquiera esta hecho para que se crea en el, si no, para obedecer y hacer que se obedezca.
La verdad de lo que decimos depende de como nuestra habla constituye un vinculo social, en su función de desempeño, y no en la sinceridad psicológica de nuestra intención.
"Aunque lo que digo desautoriza por completo mis profundas convicciones, se que esta forma vaciada de toda sinceridad es mas verdadera que mis convicciones, y en este sentido soy sincero en mi afán de renunciar a mis convicciones".
Al pronunciar frases vacías que desautorizan nuestras mas profundas convicciones, nos sometemos a una alteración compulsiva, nos externalizamos por completo. Renunciamos a lo mas preciado en nosotros, a nuestro sentido del honor, a nuestra congruencia moral, a nuestro auto respeto.
Razona sobre lo que quieras y tanto como quieras!